Hay ocasiones en que la fortuna y el azar juegan a nuestro favor. Una mañana una tontería te ronda por la cabeza y creyéndote ingenioso te dices que palante. Al rato, una vez consumado el desaguisado, obtienes algo completamente diferente a lo pensado. Pero lo más gracioso de todo, y eso es algo que probablemente no diga mucho a mi favor, es que acabas por convencerte de que funciona.
No diré más. José y Delfín Amaya morriconeando. A ver que les parece…