
Seducido por ese acontecimiento histórico y, según cuentan en las formidables notas interiores de la reedición, por “Los Planetas” de Gustav Holst, “Proyecto A” es una inmersión a todo o nada dentro de la escala tonal, matemática pura en esencia, conminada a la persecución de la búsqueda de sonidos inusuales y de conceptos nuevos como el espacio sideral o la gravedad. En un época -recordemos, 1970- en que l0s discos de librería, las bibliotecas musicales o archivos de la música de librería, a diferencia de UK, Francia o Italia, no existían en nuestro país (o al menos una cartografía de ellos, pues es cierto que ejemplos aislados surgen cada día en nuestra labor de arqueología), Dubé, como un artesano pacientísimo, se dedica a tomar esas muestras en vivo, inventándose trucos casi manuales, de sorprendente eficacia, que le procuren esos sonidos perseguidos: Sumergir micrófonos en el agua y soplar hasta conseguir el sonido de las burbujas, registrar el encendido de calderas a modo de ignición nuclear, tratar voces con amplificadores de guitarras Fender… trucos en apariencia sencillos pero dotados de desbordante imaginación y qué, aunque semejen sacad0s del catálogo del TBO o de Bruguera, denotan curiosidad, imaginación y redaños.
Más de cuatro años después de este desmadejado pero sentido homenaje a tan extraño disco recibo un correo del mismísimo Frank Dubé. Sorprendido y agradecidísmo por las multiples aclaraciones (¡De primerísima mano!) que a continuación transcribo, creo de justicia incluirlas aquí para público conocimiento;
“Proyecto A (No me dejaron titularlo Proyecyo Apolo) fué un simple y sentido homenaje a la gesta histórica y heroica viendo por primera vez a un ser humano pisando un astro fuera de la Tierra.
Los estilos musicales y rítmicos de sus temas no eran novedosos y oscilaban entre el Rock, Soul, Funky etc. que estaban de moda por aquellos tiempos con el objeto de que se pudiera bailar en las incipientes Discotecas. La única y original novedad fue que en las melodias y armonias utilicé las escalas de tonos que ya el impresionista Claude Aquiles Debussy utilizó para describir musicalmente el ir y venir sin fin del oleaje en su Suite “La mer”. Yo las utilicé para intentar plasmar la ingravidez cósmica ayudándome de efectos sonoros, hechos a mano y con un Eccho Binson. El 90% de melodias y armonias eran compuestas sobre escalas tonales que producian una sorprendente sensación, para algunos, un tanto incómoda.
Los músicos de la gravación fueron: Joan Giralt (Hamond), Aaron (J.Antonio Muñoz, bajo de Los Catinos), Nator (Trombonista de Orquesta), Ortex (José Ortega), George I (Jordi Camp, hermano de Manel Camp) y un bateria de emergencia que suplió a Jordi Colomer por imposibilidad de trasladarse a Madrid. El Brass fue interpretado por músicos de Estudio de la capital.
Parece que hay algunos fans que quieren re-editar el LP en vinilo y estan buscando al propietario del master.
En la carátula del Single se ven las caras de Jordi Colomer, Josep Mas (Kisgay-Kitflus) y Santi Picó que eran, junto con Max Sunyer y Primi, los elementos que habian de interpretar “Proyecto A” en vivo y en directo y que….no se llevó a materializar. Pero fueron Max, Jordi, Mas y Primi (futuros “Iceberg”) los que, junto a Juan Mena, grabaron 3 años más tarde en los Estudios de EMI-ODEON mi “Proyecto B” ( no editado) cuyo tema estrella “Missatge espaial d´amor” se comentó en TVE Catalunya en 1978 a tenor de designarlo como fondo musical apropiado para ambientar la primera cópula entre hombre y mujer flotando en el espacio (que todavia no se ha logrado, por cierto).”