ALFONSO SANTISTEBAN Situazioni per Orchestra (CML 091, 1975 )

Andaba uno mucho tiempo obsesionado con una canción. En concreto desde que la escuché por primera vez cuando vi  El asesino de muñecas, película dirigida por Michael Skaife (seudónimo de Miguel Madrid) en 1974.  Murmuraba para mis adentros lamentando el que su fantástica banda sonora, firmada por Alfonso Santisteban, hubiese quedado inédita, sin edición fonográfica. Cuando no hace mucho, vaya por Dios, me tropecé con Black and Blue incluida en un Lp del sello CAM titulado Situazioni per orchestra, editado en 1975. Me costó hacerme con una copia del disco (como ya he dicho solo editado en Italia) aunque, finalmente, cayó en mis manos. Y lo que en un principio creí un recopilatorio de una serie de trabajos del madrileño para la editorial musical panaeuropéa que surtía de músicas a diversas productoras cinematográficas lo que en realidad tenía en mis manos era la banda sonora de tan formidable película, disimulada como recopilatorio temático de la CAM. Allí estaba el grueso de la partitura: Flash Back, Opus Bach, Black and Blue (Muñecas infernales), Walking in The Beach (Un largo verano), Tema de un adiós, … aunque, es cierto, faltaban algunas partes

Por seguir con los anhelos, lo que ya que sería la cuadratura del círculo, el hallazgo perfecto de la joya soñada, hubiese sido la localización de un single que incluyese ese akelarre sonoro, esa psicotrónica experiencia que interpreta el grupo Amores y que no es otra cosa que la adaptación a los ritmos del momento de la melodía central que recorre la banda sonora (que suena también en la película en una versión instrumental)  y cuya letra, grosso modo, resume a la perfección el espíritu de la película  ;

… Si alguien cree que tienes corazón por el compás de su latir, es el mecanismo del reloj del interior de tu armazón. Al hacer tu cuerpo de papel en el troquel de mi taller, por no tener barro ni cincel es de cartón todo tu ser…

*nota de 2018 – Aunque me temo, esta sí inédita fonográficamente a no ser que nos conformemos con el cd publicado por Quartet Records.

¿Qué decir de la película? Pues que no puedo dejar de recomendarla. Malsana y adictiva, profundamente romántica en el mejor sentido del término, el fatalista, la película de Miguel Madrid, todo lo fallida que se quiera, es en mi opinión una joya a la que debería hacérsele justicia. Enmarcada facilonamente dentro del genero de la serie B, sección terror gore, es en mi discutible opinión mucho más: Un ambicioso tratamiento sicológico, no por titubeante menos fascinante, repleto formalmente de imágenes pop e histrionismo actoral -que lejos de repeler causa atracción- y que trata una serie de temas -Incesto, homosexualidad reprimida, una madre tóxica, el conflicto de la doble personalidad- hasta completar un todo del que no puedes apartar la vista

Protagonizada por David Rocha e Inma de Santis, el argumento gira en torno a Paul (David Rocha) quién tras volver a casa después de no haber completado sus estudios de medicina, cristaliza definitivamente y de manera perversa las taras propias -convenientemente abonadas en el tiempo gracias a la educación recibida- hasta devenir en un asesino en serie. Criado como una niña en un opresivo ambiente matriarcal (una siempre sugerente Helga Line en el papel de madre), tras haber muerto su hermana tempranamente, desarrollará desde niño una enfermiza obsesión por las muñecas, juguetes con los que ha crecido y a los que otorga cualidad de interlocutores dentro de su mente estropeada. Coincidiendo con su retorno a la mansión familiar comienzan a aparecer una serie de jóvenes asesinadas.

Situado el escenario en el sur de Francia, aunque realmente rodada en el Parque Güell y la fuente del Parque de la Ciudadela de Barcelona, las localizaciones acaban por ser un personaje más dentro de la trama en una película, perdonen que me repita una vez más, tan excesiva como fascinante.

THE ELGINS Heaven must have sent you (Tamla Motown, 1966)

 

  Uno -otro más- de los imperecederos himnos creados por Holland / Dozier / Holland. «Heaven must have sent you», el segundo sencillo de los Elgins, mira a los ojos, impertérrito y sin despeinarse, a cualquiera de los clásicos de la Tamla Motown que se les ocurra citar. La máquina de hits a todo trapo; La letra y los arreglos vocales a cargo de Eddie Holland (y vaya letra, dos minutos largos de drama, esperanza y celebración, el espinazo del imaginario adolescente) y la música firmada por Lamont Dozier y el otro de los Holland, Brian. Aunque creo recordar que no fue publicado en nuestro país (De hecho estoy casi seguro) aquí tienen la hermosa edición holandesa con portada y a Sandra Mallet Edwards confesando al mundo; Because it’s heaven in your arms, it’s the sweetness of your charms…

ANDY WILLIAMS "Holly" (CBS, 1967)

Golden sun is rising in the sky
Emerald birds glide through a rainbow as they fly
Bringing beauty Holly enters my mind.

Where the crystal ocean finds the shore
Diamond waves reflect the love we shared before
Through the silence Holly enters my mind.

All alone as I walk by the sea
Thoughts of Holly are my company
For she calls to me with each shining ray
With each season’s change
With the sun and the sea and the sky she remains.

Though the world must take her far away
On a velvet wind she comes to me each day
When I’m lonely Holly enters my mind
When I’m lonely Holly enters my mind

Leyendo el último número del Ugly things uno ha descubierto -sí, así soy yo, a estas alturas- que una de las canciones de Andy Williams que siempre me volvió loco, incluida en su sensacional disco de 1967 «Love, Andy» y titulada «Holly» (una canción que me cuesta no imaginarla cantada por el Scott Walker de «Sings songs from his T.v. series» ) está firmada por Craig Smith, un tipo con una novela a cuestas. Tampoco es cuestión de contarla aquí (para eso mejor que lean el extensísimo y estupendo articulo de UT)  pero sí me atrevo a recomendarles todo lo que lleve su firma; su obra en 7′ junto a Chris Ducey como el dúo de Psych sunshine Chris & Craig, su continuación, ya como cuarteto (aunque basicamente un proyecto de ambos, Smith & Ducey), su proyecto como Penny Arkade (editado por Sundazed) o esos dos discos río (u océano, como prefieran) llamados «Apache» e «Inca» ya con su nueva reencarnación, Maitreya Kali.

 

Psych Folk Cósmico, por jugar a las etiquetas.

 

 

Mis películas imaginarias SOLO EL FIN A.k.a. "Ti devo lasciare" (Elio Petri, 1971)

INTRO by Maria Napoleon
HUGO MONTENEGRO Theme from «The Fox»
ASTRUD GILBERTO Sólo el fín
INTERLUDIO Siempre es igual
HUGO MONTENEGRO Moog power
MARIO MOLINO Operazione Beat
JOSE MARIA MORALEDA Whole lotta love
MANUEL GAS Cascarrabias
FRANCO MICALIZZI Laure
ADOLFO WAITZMAN Salvaje amor
INTERLUDIO Voy a darle un consejo
EUGEN THOMAS Scarabea (excerpt)
ARMANDO TROVAJOLI and EDDA DELL ORSO Ricordo di Lilia
HUGO MONTENEGRO SINGERS Good vibrations
IRA Che cosa mai sara’
PHILIPPE NICAUD Tout bas
HUGO MONTENEGRO ORCHESTRA Lay lady Lay
INTERLUDIO Muy bien cariño, tu eliges

GIORGIO GABER e OMBRETTA COLLI Il sappori di la vitta in due

«Sólo el fin» a.k.a. «Ti devo lasciare», 1971

Director; Elio Petri

Intérpretes; Florinda Bolkan, Renato Salvatori, Helga Liné, Victoria Vera, Juan Luis Gallardo

Sinópsis;
Hugo (Renato Salvatori) es un muchacho féliz. Vive en la costa amalfitana con sus padres, quienes regentan un pequeño y hermoso hotel que da al acantilado, visitado generalmente por extranjeros. El negocio les proporciona una posición desahogada. Su madre es una mamma con todas las de la ley y su padre es, bueno, digamos que un tanto mujeriego. Un día su madre sorprende a su padre retozando en el lecho con una voluptuosa nórdica y enloquece hasta el paroxismo ante la contemplación por primera vez de aquello que le era totalmente ajeno. Loca de amor y sintiéndose traicionada, los celos y la rabia la llevan a asesinarlo junto a la joven danesa (de la que Hugo se halla enamorado en secreto), acuchillando con saña a ambos repetidas veces hasta la muerte ,ante la mirada atónita del muchacho, quién petrificado y herido en lo más íntimo, acarreará el suceso durante el resto de su vida.

  Han pasado los años y Hugo se ha convertido en inspector de policia en Nápoles. Lleva una vida centrada en su profesión y es tan valorado por sus superiores como huraño con sus compañeros. Una mañana es requerido a presentarse en el Hotel Decumani, sito en el espléndido Palazzo Ricario Sforza, donde una joven americana ha sido encontrada muerta, decapitada, por su desolada hermana (Florinda Bolkan) en una de sus suites más lujosas. Una somera inspección en la alcoba deja muestras evidentes de que allí ha habido una fiesta en la que ha corrido el alcohol y las sustancias estupefacientes. En un aparte el director del hotel le comenta a Hugo que eso ha venido siendo lo habitual durante el último mes, desde que la fallecida conoció a un playboy brasileño llamado Felippe (Juan Luis Galiardo) al que le solía acompañar una cohorte de hippies, melenudos y artistas, además de una joven de esquiva y misteriosa belleza a la que llamaban Jocelyne (Victoria Vera) y de la que le muestra una fotografía.

  A la mañana siguiente, paseando por la via de Sanctis, camino de la comisaria, a la altura de la capilla de San Severo Hugo ve a una muchacha con un asombroso parecido a la misteriosa Jocelyne. Va completamente vestida de negro y acaba de entrar en la iglesia. La sigue y cuando traspasa la puerta un anciano sacerdote, confundiéndole con un turista, le indica que las visitas al templo no comienzan hasta las diez. Hugo le explica que estaba buscando a una amiga que acaba de entrar y cuando levanta la cabeza observa en el muro de la derecha el retrato de una mujer. Queda petrificado. La mujer del retrato es idéntica a la muchacha de la fotografía. El sacerdote advierte su turbación y al verle interesado le cuenta la historia de María Teresa Sangro, doncella muerta hace ya trescientos años. Era ésta la hija de Pietro Sangro, máson y filántropo de la iglesia, ajusticiado por la inquisición con la acusación de haberse visto envuelto en oscuros experimentos científicos que tienen que ver con la vida eterna, en realidad, dice el anciano, un complot de los Frattini, la otra poderosa familia de Nápoles en la época, por hacerse con el poder del comercio del puerto. Justo debajo del retrato hay una inscripción grabada que reza asi; «Ti devo lasciare».

  Ya en la comisaria, revisando por enésima vez el dossier del caso, Hugo descubre una tarjeta de invitación a nombre de la fallecida, para asistir al estreno de una obra clásica que se representará en el Teatro San Carlos. Su título es «Ti devo lasciare» y el director de la misma un tal Filippo Frattini.