Originario Carolina del Norte (Winston Salem, 13/8/1945) aunque crecido en Nueva York, Wesley «Wess» Johnson emigra a Europa a mediados de los años sesenta en busca de fortuna junto con el grupo del que forma parte, The Airedales. Tras una breve instancia en París, donde su maquina perfectamente engrasada de Soul Funk hace furor, son reclutados de inmediato por Rocky Stasera mi butto Roberts, cantante muy popular en Francia e Italia, y se convierten en su banda de acompañamiento durante más de dos años. Formados originalmente en 1961 por Doug Fowlkes, (baterista original de la banda y compositor principal) tras múltiples cambios, cuando aterrizan en Fiumicino en 1965 The Airedales son los hermanos Johnson (Wess y Marvin) como sección rítmica, James Sampson y Henry Hooks al saxo, Jessie King al órgano y Eddy Taylor en la guitarra.
Su repertorio, en un principio vigorosas versiones de los éxitos Soul del momento (Can I Get A Witness, Heat Wave, Hey Joe, Land Of 1000 Dances, Don’t Play That Song, etc) pronto se alterna con canciones propias y versiones en italiano. Con la fiereza y el sudor por bandera, cada vez más ensamblados, su éxito en Francia no es desdeñable. De hecho, su toma de Le Monkiss, convertido en baile de moda, hace furor. Pese a ello deciden seguir a Roberts en su camino a Italia. Su pericia y tablas es ya apabullante y dos años después, en 1967, deciden dejar a Rocky y comenzar carrera en solitario. Wess pasa a ser el cantante y se rebautizarán como Wess & The Airedales.
Firman por Durium, un sello Milanés donde ya habían estado con Roberts y publican dos decenas de singles y un puñado de elepés: El primero, íntegramente en ingles (The Sound Of Soul, 1967) es una recopilación de grabaciones hechas en su etapa francesa. Un single con una versión en italiano de A Whiter Shade Of Pale (Senza Luce) es su debut en la lengua de Dante y tiene un éxito considerable. Para su segundo disco (A Warmer Shade of Wess, 1969) al que titulan haciendo un juego de palabras con la canción de Procol Harum, ya incluyen cuatro canciones en italiano, aunque no el sencillo que la lleva. Entre ellas está la soberbia Ti ho inventata io , una declaración de amor que hoy tal vez sería malinterpretada y donde los Airedales campan a sus anchas en un registro donde alteran Breaks de batería, vientos que desatados y el clasicismo del cancionero popular italiano más ensoñador. Será todo un éxito.
Es con ella con la que entran a formar parte de la escudería del popularísimo Cantagiro, creado por Ezio Radelli, un festival de la canción del verano que se efectuaba en paralelo al devenir del Giro de Italia en el que una serie de solistas y grupos actuaban en directo en diez o doce ciudades importantes coincidiendo con la llegada de las etapas. Es este un disco que muestra lo que han sido y lo que van a ser y que contiene, entre otras formidables piezas (p.e. Crazy, una arrebatadora pieza de Raw Soul a lo J.B.’S con handclapping y su voz sincopada, incluida en la banda sonora de Vedo Nudo de Dino Risi y publicada en 7″) el formidable -y cotizadísimo, es un disco que hoy alcanza las tres cifras- Heart Breaker, donde Wess parece un impersonator de James Brown, y que seria editado en single, que uno sepa, únicamente en Francia y ¡en España!
En 1970 el viento ya sopla completamente a favor. Redondean la tarea promocional firmando por otro evento multitudinario, el FestivalBar, un festival-competición musical que se desarrolla en verano a lo largo de toda Italia y cuya final tiene lugar en el Arena de Verona. La canción con al que intervienen es Tu che non me conescevi bene. Ese año publican su tercer elepé, Quando, y junto a canciones en italiano (una versión de L’Arca di Noe de Sergio Endrigo, Amore mio de Mogol/Dattoli o una sorprendente toma de una canción oscura de los Box Tops que titulan Non suceso niente) Quando incluye también una bomba de neutrones de Funk Instrumental titulada Airedales Popcorn. Inédita en 7″ , una reedición de Jazzman del año 2004, con Black Out por la otra cara solventara el maleficio. Son ambas uno de esos raros ejemplos de Funk europeo semi-desconocido, ejecutado por americanos, similar a lo que The Brothers harían en España con su Brother’s Funk o The Presidents con It’s my Thing.
Dos elepés se suceden: Superwess en 1971 y Vehicle en el 72, titulado como la canción de Ides Of March, la cual versionan. La máquina va a todo trapo. están cómodos y continuan con su fórmula: media docena de canciones en italiano con un ojo puesto en lo que está de moda, junto con trallazos funk (Funky Nassau), canciones propias (Fell Back In Love) y formidables experimentos adecuados a los nuevos tiempos de cambio: There’s Gonna Be A Revolution, es un alucinante Crossover, entre la melancolía y la protesta, coronado por un elegante Hammond en el que Jessie King se luce y donde Wess nos ofrece un ejemplo supremo de lo dúctil y variado de su rango vocal.
Pero a partir de 1972 una casualidad hará que todo cambie. Por sugerencia de su sello graba una canción con una corista del mismo llamada Dori Ghezzi. La canción, Voglio Stare con te, una versión del United We Stand de Broteherhood of Men, resulta ser todo un éxito. Lo que en principio no iba a ser nada más que algo momentáneo, explota. Se les conoce como Coppia Caffelatte (ejem, la pareja café con leche) A partir de ahí entran a formar parte del imaginario colectivo italiano de los setenta: Ganan el Festival de San Remo en 1973 con Tu nella vita mía, al año siguiente el Canzonissima con Un corpo e un anima y en 1976 quedan terceros representando a Italia en el festival de Eurovisión con Era. Su aparición es constante en los shows televisivos de la RAI y se convierten en un icono pop hasta finales de la década.
A diferencia de muchos otros, la voz de Wess, en cualesquiera de los territorios que recorrió -y fueron bastantes- se mostraba tan eficiente en los registros más crudos y salvajes como en el pop más melódico. Dotado de un fraseo estupendo pasaba del tormento a la caricia en una misma estrofa. Su tono rugoso, su exactitud melódica … su voz tenía aire. Tenía melancolía y tenía jubilo, manaba natural. En absoluto atormentada -cuando podría haber tendido a ello- diríase que se imbuyó perfectamente en la finezza italiana sin renunciar a sus esencias, huyendo -gracias, Wess– tanto del empalago meloso como del exhibicionismo huero.
Ah, se me olvidaba. La gran mayoría de sus discos se publicaron en nuestro país. En tiempo y forma. En sellos como Vergara o Palobal. Cuando leo y escucho aquello de que esto fue un erial en los años 60/70 ya no me enfado. Sonrío. Será que me he hecho mayor.