Playlist. Gente esnob

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Siempre que llegan los primeros calores vuelvo irremisiblemente a ésto. Y cada vez que lo hago tengo la misma sensación; Me siento, durante un instante, omnipotente, casi capaz de poder volar. Por algún extraño motivo que no logro descifrar, la impaciencia, las muecas y los gruñidos se tornan sonrisas. Si algo no sucede tal y como espero, no me pongo nervioso, vuelvo a intentarlo. No maldigo. O bueno, maldigo poco. Casi por arte de magia puedo ver las cosas de una manera más optimista. También, a menudo, me sorprendo tarareando las canciones por casa, bailando con mis chicas. Incluso, si la temeridad me invade, me atrevo a invitar a hacerlo al mayor, sabiendo que primero se enfadará y más tarde se burlará de mi. ¿Saben? Pocas cosas me hacen más feliz. Es como el certificado de que todo va a ir razonablemente bien. Lo hago siempre, como el perro que arrimándose al faldón de su amo, en este caso mis amas, anda en busca de cobijo. Pensarán que soy tonto de remate -y muy probablemente acierten- pero no puedo remediarlo, no señor. Es música que alivia el alma…

 

       …Darling since I met you, my whole life has been rearranged. You pushed back my clouds of sorrow. You’re my sun at the end of the rain. Cos when I was down and out, just like a mother you took me in (sweet baby). And now without a doubt honey we’ll make love lovin’ friends.

Cos we’ve got love on our side, we’re gonna let love be our guide and it’s all because of you, sweet baby, every little thing I do I owe all to you. I’m a brand new man oh yes I am, because of you…oooh

Everyday is a new day since you came into my life. Cos you’ve opened the door to happiness and I’ve got to make you my wife.

Cos I was lost and going in circles when you found me, Oh yes you found me. You sheltered me and you loved me then you built your whole world around me.

And we’ve got love on our side, we’re gonna let love be our guide and it’s all because of you, sweet baby, every little thing I do I owe it all to you. I’m a brand new man oh yes I am, because of you.

Oh baby… sweet baby… he he he he. Girl I remember when we first met, you lit a fire in this old heart of mine, you put together all my dreams that were once shattered and torn apart. You’ve gotta be what I needed, cos you made a brand new man out of me (sweet baby) you lifted loneliness from my shoulders and boy how happy you made me.

Cos we’ve got love on our side, we’re gonna let love be our guide and it’s all because of you, sweet baby, every little thing I do I owe all to you. I’m a brand new man oh yes I am, because of you. Baby, baby, baby I’ve got a brand new style (because of you) and I’ve got a brand new smile, (because of you) I got a brand love and a brand new toy because of you, heh heh heh…

 

Jackie Wilson – Because Of You

 

 

 

Thomas and Richard Frost. "Visualize" (Rev-ola, 2002)

 
 

No suelen -lo deben saber ya a poco que hayan pasado por aquí- circular cds en el estudiodelsonidoesnob. No, no voy a hacer ninguna diatriba en contra del formato. Ni mucho menos a favor. Si son habituales creo que sobrán las explicaciones. En cualquier caso me permitirán -cuento con su amabilidad y paciencia- que haga una excepción y les hable de «Visualize», el primer -e inédito- disco de Thomas and Richard Frost, dos hermanos de California. La única edición que se conoce solamente existe en formato digital y es la editada por el fantástico sello británico Rev-Ola hace ya diez años.   

 
Obviamente hago trampa. Ese disco, degraciadamente, nunca llegaría a ver la luz, ya que fue grabado para Imperial y el fracaso del sencillo «Hello stranger», junto con la debacle del sello, tuvo como consecuencia la cancelación de su publicación. Liberty/United Artists, la casa matriz, tomó la decisión de dejar en el limbo todo disco al que no le vislumbrasen recorrido comercial y, por lo tanto, muchos  de los proyectos en marcha («Home and away» on my mind) , incluso ya terminados como «Visualize», quedaron aparcados en un cajón para siempre… Únicamente verían la luz unos cuantos sencillos (tres en Imperial y un último en Liberty) de más o menos fácil acceso a día de hoy y que les recomiendo encarecidamente; «She’s got love»/»The word is love», «Gotta find a new place to stay»/»With me my love», «Hello stranger»/»Fairy tale affair» y «Where did yesterday go?»/»Open up your heart».
 
Es «Visualize» un disco soberbio,  magnífico de verdad, tanto por su labor de orfebres aplicados como por el talento melódico que atesora. Un disco mágico como lo pueden ser -como de hecho lo son- dentro del negociado de pop(sike) orquestal los discos de Mark Eric, Spring, Sagittarius, Bergen White, Montage y un puñado más que casi todos los que nos dejamos caer por aquí conocemos o aspiramos a hacerlo. Un meteorito de perfección pop, con esquirlas en ambos lados del atlántico. Lo mamado por genética y lo aprehendido por artística naturaleza. Ambas cosas sujetadas con enorme provecho, doy fe. Un disco frágil pero orgulloso, cálido y doliente. Elegante, hermoso, de desarmante ternura a la par que arrojo fiero. Un álbum surcado por melodías inolvidables, de una sencillez aparentemente menor, adornado por unos lujuriosos arreglos (de cuerda, de vientos, de metales) con un tino certero y de reposada maceración. Y aunque continuarían su carrera, ya en terrenos más pop folk, en el sello UNI (con el notable «Thomas and Richard Frost») es «Visualize» , además de todo lo anteriormente dicho, sobre todo, el reflejo de una época que ya nunca volverá. Un tiempo en el que ficción, deseo y realidad se daban la mano en contadas ocasiones y que cuando lo hacían lograba el milagro: media hora de extática, despreocupada y extraña felicidad. 
 
No voy a contarles más. Mucho mejor mi (floja) traducción de las fantásticas notas de la carpeta (a cargo de Alex Palao y del mismo Richard Frost) para que se hagan una somera idea. Apelando de nuevo a su elegancia doy por hecho que disculparán mi más que corriente conocimiento del inglés. Por supuesto, faltaría más, los audios correspondientes.
 Abróchense los cinturones.

«Visualize», el disco nunca publicado de Thomas and Richard Frost y sus correspondientes -y estos sí editados- singles («She’s got love/The word is love», «Gotta find a new place to stay/With me my love»  y Hello Stranger/Fairy tale affair» para Imperial y «Open up your heart/Where did yesterday go?» para Liberty) es una reluciente y reconfortante gema del tardo pop de los sesenta, aunque el proyecto fuese únicamente un capítulo más de la remarcable carrera de estos dos hermanos originarios de San Mateo, en la península de San Francisco. Rich y Tom Martin habían tocado juntos desde el principio de la década con la inevitable letanía de intentar reproducir todas la variaciones del rock and roll de raices americanas de los sesenta: surf instrumental y rock and roll grasiento en los Impressions, tintineante folk rock con los Newcastle five, garage rock teñido de fuzz con The Art Collection. Finalmente -aunque no necesariamente lo último- el centelleante sonido mod del trío Powder, cuyo Lp, grabado mientras el grupo estaba en Los Ángeles como banda de acompañamiento de Sonny and Cher, permanece desgraciadamente inédito pese a que fuese el auténtico precursor de esta verdadera obra maestra que es «Visualized».

 
 Tras la debacle de Powder, los hermanos Martin vuelven al norte de California a lamerse las heridas y grabar matarial un tanto más introspectivo. Aunque estan enamorados de artistas como Donovan o Simon and Garfunkel, su naturaleza -más inclinada a lo anglófilo- y su sensiblidad pop prefiere dirigirse hacia composiciones como «Bluey blues blue» (más tarde vuelta a grabar y titulada «Where did yesterday go?»), «Would you laugh» o «She’s got love». Fue esta última la que llegó a oidos del editor John Antoon, quién inmediatamente les ficha para su editorial Tons of fun, asumiendo también labores de manager y consiguiendo que el dúo firme por Imperial con el nom-de-guerre de Thomas and Richard Frost.
 
 Como single, el pegadizo «She’s got love» tiene un muy relativo y discreto éxito llegando solo a la parte baja de las listas del Billboard a finales de 1969. En cambio obtiene muchas emisiones en las radios regionales del país consiguiendo finalmente que los hermanos puedad inicar una gira. De vuelta a Los Angeles Rich y Tom se situan en medio de la escena con sus amigos Rodney Bingenheimer y Frank Zinn, disfrutando de sus quince minutos de fama. Hay grandes planes para ellos -la edición de un álbum entero con una gran orquesta detrás- pero todo se esfuma en cuanto los siguientes sencillos se estancan y la casa madre Liberty/United Artists decide dejar caer Imperial, su sello. En 1971 Rich y Tom firman un nuevo contrato con UNI y finalmente publican un Lp, de título homónimo y más orientado al folk, el año siguiente.
 
 En las entrevistas que los hermanos Martin hacen como promoción de su disco en UNI menosprecian el lado bubblegum de su periodo Imperial, pero la obra de arte indisimulable que es «Visualize» ha permanecido refulgente, testigo de la época e incluso suena mejor a día de hoy de lo que lo hizo antaño. Está imbuido del espíritu de su tiempo que flotaba en Los Angeles y de los últimos estertores de la edad de la inocencia pop. Además muestra el corazón de los hermanos Martin, con su anglófila sensibilidad, menos derivativa que notablemente refrescante, con arregos soberbiamente grabados, que cualquier fan del pop de los sesenta tardío no puede sino apreciar. Escuchar canciones como «Open up your heart», «Where did yesterday go?» o «Hello stranger» recuerda cuantas joyas de pop comercial se sucedían en los albores de los setenta. Sencillo, divertido y memorable. Tony Macauley estaría orgulloso.
 

Alec Palao.

 

 

«She got love» 
Fue nuestro único éxito. Cuando digo éxito quiero decir éxito, entrar en las listas nacionales. Creo que llegó a alcanzar el #80 en la lista del Billboard. En realidad nunca alcanzamos nada cercano al top 10. Sin embargo tuvimos la suficiente difusión como para vivir experiencias excitantes. «She’s got love» era nuestra maqueta para la prueba de audición para Imperial records. En ella Skip Battin toca el bajo, Mars Bonfire la guitarra, Allen Breneman la batería y alguien más que ahora no puedo recordar el Hammond B3. Nos soprendió un tanto que tras firmar, nuestro productor, Ted Glasser, eligiese la demo como master y simplemente la dulcificase, añadiéndole un montón de cuerdas y vientos. La inferior calidad de las versiones originales, especialmente el zumbido del final, hizo que muchos singles pareciesen salidos del brazo del plato hacia una órbita.

 «She’s got love» habla de una modelo que vimos en una revista para chicas. Tampoco es que estuviésemos muy interesado en esas publicaciones, pero una tarde de verano, paseando por Sunset con Frank Zinn y el fotógrafo que haría las fotos para «Visualize» nos quedamos asombrados al ver a la misma modelo haciendo auto-stop. Yo fui el afortunado, íbamos en el Fiat 850 de Frank e iba detrás sólo. Hasta que llegamos a nuestro destino intenté entablar conversación pero ella no dijo una sóla palabra excepto «Gracias» cuando la dejamos. Por culpa de la frase inicial «And she won’t give it out to no one»  el disco fue censurado en algunas emisoras de radio.

Where did yesterday go?

Fue la primera canción que hicimos en la incial sesión dulcificadora. También era la primera vez que escuchabamos nuestras canciones, compuestas con una guitarra acústica, arregladas a lo grande. Estabamos excitados, por decir algo. Siempre he pensado que las sesiones de «Visualize» fueron únicas, ya que combinaron nuestro estilo de composición con el de la producción de Ted Glasser, y mezclando ambos mundos dimos con algo diferente.
 Recuerdo estar sentado en la mesa de control y en un breve receso escuchar las conversaciones de los miembros de la orquest

December rain, april daughter

Este fue una floja tentativa de acercarme al Beegee-donovanismo (por Bee Gees y Donovan). Tras un par de intentos fui muy consciente de caer en ese efecto vibrato. Pero todos me insistían, así que aquí está. ¡Ouch!
Woodstock
La única cosa que puedo decir que redima un tanto a esta canción  es que la escribimos antes de escuchar y conocer las canciones de Joni Mitchell y CSNY tituladas igual. Estoy seguro de que si hubiésemos oído la versión de Joni Mitchell primero jamás habríamos escrito una canción llamada «Woodstock». En esta sesión Mars Bonfire toca la guitarra slide.

Gotta find a new place to stay

Siempre nos referimos a esta canción como «The High and the Mighty» (se refiere a una  película de William Wellman, en España  conocida como «Escrito en el cielo). Los arreglos de cuerda me recuerdan a la canción que John Wayne silbaba al final de la película. Me acuerdo de estar tocando esta canción en el Real Don Steele dance show y darme cuenta de que era una canción dificilísima de bailar. Tanto como de intentar cantarla. Los chicos tenían verdaderos problemas para sincronizar los labios. Pensé de inmediato que haber elegido esta canción para tocarla en un show de baile no había sido una de nuestras mejores decisiones. La última estrofa en la canción dice «This world is only meant for a sucker» (Este mundo solo tiene sentido para un mamón). Una chica que aparentaba tener no más de quince años se quedó mirándome con una expresión perpleja que parecía decir; «¿Qué demonios estás cantando?. Yo comenzaba a preguntármelo también.

 

With my love
Siempre me ha encantado esta canción. Fue nuestro segundo sencillo publicado, tras «She’s got love». Recuerdo que comenzó siendo una escueta estrofa y tener que acabarla en la sala de control durante un descanso. Dimos con la tercera estrofa «Winter is here» y después añadimos las campanillas para darle un aire invernal. El disco no funcionó.

 

Where are we?

 
Otra canción con evidentes influencias de Paul Simon. «Where  are we?» era una canción que Tom y yo podíamos interpretar perfectamente en concierto, es claramente acústica. Tuvimos algunos problemas reproduciendo muchas de nuestras canciones en directo porque no viajabamos con una orquesta de treinta músicos. Obviamente eramos tan sólo guitarra acústica y voces. Pero tocamos en el Troubadour de Los Angeles con una banda de cinco músicos e hicimos un gran trabajo. También actuamos en St. Louis en en evento de la convención anual de Danny Thomas, en el Kiel auditorium. The Bob Kuban band (el de «The cheater») nos hizo de banda. Sin cuerdas pero con muchos metales. La noche anterior lo habíamos hecho en el Rainy Daze club. Engatusamos a todos los críos para que viniesen a vernos al Show del Kiel diciéndoles que llevábamos una gran banda detrás. Sin embargo, eso fue todo lo que nuestro manager nos consiguió cuando aceptamos la actuación. «She’s got love» llegó al número 4 en St. Louis.
Algunos de los artistas con los que compartimos escenario fueron Grand Funk Railroad, The Clique, Bobby Goldsboro, Neil Diamond, Donna Reese, Tony Randell, George Clinton and the Parlamient Funkadelics, The Stone Poneys, Loretta Lyn, Conwat Twitty, Rick Nelson y Roger Williams. Tuvimos también actuaciones en televisión para American Bandstand, The Della Reese show, The real Don Steele show, Boss city o el John Byner Comedy hour, todas en Hollywood. En Cleveland actuamos en Up beat y también en el Show de Johnny Bawana en San Francisco.

 

Come clap your hands
A Tom y a mi no nos gusta mucho, en cambio era una de las favoritas de nuestro manager, John Antoon. Tom siempre pensó que los cimbales de madera sonaban como las manos de Pinocho. escuchándola hoy pienso que podría haber sido un top 40 de haber sido single. La canción no tiene otro significado que el ser una melodía bubblegum.
 Algunos de los músicos que tocaron en el Lp «Visualize» fueron; Luoie Shelton y Mars Bonfire a las guitarras; Joe Osborne y Skip Battin al bajo; Dr. John y Larry Knetchel al piano; Hal Blaine y Allen Breneman a la batería, Gene Estes a la percusión. A lo largo de nuestra carrera también hemos trabajado con Ronnie Tutt, Jim Gordon y Earl Palmer (Batería), Michael O’Martian (Piano), Berney Kessel, David T. Walker y Ben Benay (guitarras); Jim Horn (Saxo), Jay Migliori (Flauta); Doug Feiger, Tony Slaes y Max Bennett (bajos), Red Rhodes (pedal steel) y The Blossoms. EStoy seguro que hubieron más pero no puedo acordarme de todos. Eran los viejos buenos tiempos, el reinado de los músicos de estudio en Hollywood. Nunca nada sera igual.

 

 

Clap your hands

Originariamente, un solitario arreglo con un riff de guitarra para una intro. Durante uno de los ensayos, Mars comenzó las armonías en lo más alto de mi tono. Nos gustó como sonaba y decidimos seguir con ello. Yo tocaba una Gibson Barney Kessel.

 

The word is love
 
La grabamos en las mismas sesiones de «She’s got love». De hecho iba a ser la cara A de dicho sencillo, nuestro debut. Sin embargo no paso mucho tiempo hasta que cambiamos el orden de las caras. Para las sesiones de «Visualize» utilizamos una orquesta de treinta miembros (Arreglada y dirigida por Al Capps). Tom y yo hicimos muy poco mezclando las melodías. La mayoría de las partes vocales las grabamos cantando juntos, cacnción a canción con un gran micro Neumann. Prácticamente era en directo. Yo toqué la guitarra acústica en todas las canciones. Usaba una Martin D35S o una Gibson Dove. Tom había usado muchísimo la Gibson durante nuestra etapa de banda de apoyo de Sonny and Cher. Todavía conservo esa guitarra.
 Our way home

La más influenciada por Paul Simon de todas nuestras canciones. No tengo mucho que decir sobre ella. Conducimos tantas veces entre el norte de California y Los Angeles que comenzó a parecernos un viaje sin fin. No existe una sola pulgada de la autopista 101 que no conozcamos.

If i can’t be your lover
La escribió nuestro productor Ted Glasser y el cantante Vic Dana. Fuimos aconsejados por nuestro manager, John Antoon, de que teníamos que incluirla en el disco como un favor. Esa era, después de todo, la manera de Hollywood. No recuerdo quién fue el que llegó con la idea de una canción de película, con la cual abrir y cerrar el Lp, pero en algún lugar del camino contratamos al Dj de la KHJ Don Steele como narrador. Nuestro manager, por supuesto, tenía un motivo ulterior; Que el disco sonase en la KHJ. La irrupción de Don Steele al final de la canción decía aquello de «Has de estar ahí». Como tenia que leer un guión se subió los calcetines hasta las rodillas, se tomó unos pelotazos de güisqui y se subió los pantalones tan alto como pudo. Parecía Lucille Ball haciendo el sketch de Vita-Veta Vegamin, sólo que esta vez era de verdad. Todo el mundo se partió de risa hasta llorar. Fue una sesión extenuante.

 

Hello stranger
Cuando nuestro segundo single fracasó, Tom y yo decidimos escribir una canción similar a «She’s got love», así que escribimos esta. Ni nos dimos cuenta de que Barbara Lewis había tenido un gran hit con una canción del mismo título. Se la tocamos a Dennis Laventhal de Dunhill records y fue quién nos lo dijo. Esta fue la primera sesión en la que tuvimos a Hal Blaine a la batería. Pienso que este single refulge sobre todo por la excitación y el carisma del que Hal supo dotarla. Era un tipo osado, que tomaba al toro por los cuernos, sin ningún temor. Transmitía experiencia y profesionalidad más que ningún otro músico de estudio que conocí. Y su entusiasmo era contagioso, me di cuenta de que lo transmitía a sus colegas, especialmente al bajista Joe Osborne. Hal fue el que nos enseño los break y riffs de batería. Rehizo los arreglos de Al Capps. El fracaso de «Hello stranger» en alcanzar las listas hizo que Imperial postpusiera y finalmente cancelase la edición de «Visualize». Siempre tendre recuerdos maravillosos de mi colaboración con Hal.

Fairy tale affair

Tom y yo escribimos esta canción porque estabamos, en aquella época, muy obsesionados con Tony Macauley. Especialmente con «Everlasting love» de The Love Affair. También éramos grandes fans de los Hollies. Me parece que las influencias de ambos son obvias. El título se inspiro en «In our fairytale», una cancion de The Herd. Siempre fui de la opinión de que el tempo se nos iba un tanto con lo que solíamos hacer, pero sólo puedo culparme a mi mismo porque yo fui el que hizo la cuenta atrás y tocó la linea inicial de guitarra. Usaba una Telecaster pero no recuerdo ahora que amplificador. «Fairy tale affair» se grabó en la misma sesión que «Hello stranger».
 

Open up your heart

Esta fue la tercera de las tres canciones que hicimos para Liberty/UA y que Tom y yo no escribimos. Fue nuestro último single para ellos y la mejor interpretación vocal de Tom de lejos. Gene Page la arregló. Tuvimos una reunión con el A&R Billy Roberts en la oficinas de Liberty records entre Hollywood street y Sunset Boulevard. Nuestra intención era convencerle de que nos dejaran libres. Por la época, Liberty/UA estaban deshaciéndose de los contratos de Imperial y, una vez en este punto, todos los discos de Thomas and Richard Frost se habían publicado allí. Con su abandono de Imperial, Liberty/UA estaban restructurándose y reduciendo su catálogo de artistas. Antes de aceptar nuestra oferta para que nos dejasen libres Billy nos dijo si estaríamos interesados en un último intento. Nos pidió que escuchásemos un acetato que acababa de recibir desde Inglaterra. Nada más escucharla teniamos claro que era una canción magnífica, con hechuras de hit. Así que dijimos que sí a grabar con Liberty. La otra cara era «Where did yesterday go?», una outtake de «Visualize». Nos molestó mucho saber que, debido a los cambios en la compañía, el disco iba a ser cancelado. Eso cerró para siempre nuestra relación con Liberty/UA. Éramos libres de firmar un nuevo contrato con UNI.

 

Everyday judy

sta es otra de las canciones que Tom y yo no escribimos. Estaba sólo embastada porque no conectábamos con ella. Su melodía y fraseo no eran naturales para ninguno de los dos. La parte vocal no es la definitiva porque nunca la hubo, es de uno de los ensayos. Recuerdo intentar hincarle el diente unas cuantas veces mientras era el turno de Tom. Mi parte vocal fue la última antes de decidir mandarla a los baúles.

 

Discos, discos; Conversaciones con Miguel Sr. Patilla

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Retomamos en el Estudiodelsonidoesnob, tras un lapso de tiempo abandonadas, las  conversaciones con tipos con bastantes cosas que decir; Un cierta mirada acerca de los discos, de lo divino y de lo humano. De la vida en general. Estamos con Miguel Angel Aranega, más conocido como Miguel Sr. Patilla. Acumulador de discos, investigador y arqueólogo musical, Dj y recopilador, entre otras mil cosas más que se podrían definir en una sóla; Curioso impenitente.

 
 Son las once de la mañana. Hace un día estupendo, soleado. Sopla una reparadora brisa de levante que dejá atrás los primeros sofocos de un verano aún por llegar oficialmente. Me recibe en su coqueto ático, cerca del cauce viejo del río Turia, junto a su señora, la encantadora y espectacular  Jennifer Miss Taboo. Los saludos, los besos y los abrazos, además del inevitable intercambio de información que muchos tomarán por enfermizo y nosotros como lo más natural del mundo («Mira lo último que he conseguido», «¿Conoces ésto?»…) sirven de prefacio a la charla. Tras un piscolabis delicioso procedemos a entrar en faena.

¿Cuál fue tu primer contacto con eso tan abstracto que es la música?
 
El primero que recuerdo es en casa de mi tía, en Cocentaina. A ella le gustaba la música y tenía unos cuantos discos; Serrat, Beatles, etcétera. Yo tendría once o doce años. Iba a su casa, sólo, me ponía algún disco y me quedaba bobo escuchando aquello que salía de los altavoces.
 
¿Y cuando comienzas a comprarlos?
 
Yo comencé en esto un poco a la estela de mi hermano mayor. A él le gustaba el punk español; Kortatu, La Polla records… después me dirigí al rollo británico; Smiths, Echo & the Bunnymen…
 
Te canstaste pronto de ese palo ¿No?
 
Sí, jajajaja!… poco después, a finales de los ochenta, principios de los noventa, apareció el llamado Noise, una explosión de pop español cantado en inglés interesante que hubo y también con el indie americano; Pixies, Pavement, Sonic Youth… esa fue otra evolución, si quieres llamarlo así.
 
¿Después es cuando te vienes a vivir a Valencia?
 
No, no. A Valencia me vine con treinta y un años. Hasta entonces vivía en mi pueblo, Cocentaina, al norte de la provincia de Alicante. Con cerca de veinte años, en el momento que disponías de un poquito de dinero, picabas de aquí y de allá. Si hacías algun viajecito a la capital pues lo mismo… Pero así, en serio, ya para siempre, yo creo que fue a través de catálogos y listados en la era pre-internet. Por esa época comencé con los sesentas y el garaje. Leías un anuncio en una revista, o te lo había comentado algún amigo, de alguien que vendía discos desde los USA. Sólo tenías la dirección de un apartado de correos y le escribías; «Oye, que he visto que vendes discos, ¿puedes envíarme un listado de lo que tienes?». Era un proceso lentísimo. Al mes siguiente, con fortuna, recibías la respuesta. Te llegaba a casa una carta con un listado de ocho o diez folios de discos y su precio. Comenzabas a leerlo y por supuesto conocías una parte ínfima. La leías detenidamente y elegías aquellos que te interesaban (muchas veces la única información que disponías acerca de ellos era una referencia en algún artículo que habías leído o por un chivatazo). Ajustabas tu presupuesto y una nueva carta a los USA con tu elección. Una elección que había pasado una criba. Al principio sumaba cien dólares y tenías que eliminar hasta donde te podías permitir, como mucho la mitad. Otra cosa importante a tener en cuenta era que cualquier disco por el que pidiese quince, veinte dólares, es que era bueno. Pasaba otro mes entre que el hombre recibía tu elección y a menudo te contestaba que ya sólo disponía de dos de los cuatro o cinco que querías. Que le enviases x dólares en un sobre. Tranquilamente podían transucurrir cuatro o cinco meses hasta tenerlos en tu poder.
 
¿A que se debío tu inmersión en el garaje, en la música de los sesenta?
 
A nada en particular y a todo en general. Fue una cosa muy fluida, natural. Partes de un afán por saber, de una curiosidad tremenda, la cual era satisfecha de aquella manera mediante el método prueba-error, prueba-error. Pero sobre todo por la sensación de volverme loco, literalmente. Loco con los Music Machine, con los Sonics, con los 13th floor elevators… aunque el primer disco que me hizo levitar, sentir algo diferente fue el «Forever changes»
 
Lo cual me parece bastante sintomático de que no eras ningún integrista…
 
…Sí. De hecho nunca me he tenido por tal. Digamos que fue otra etapa natural; Con veinte años el rollo Noise -algo que hoy no esta muy bien visto- pero que a mi me pareció muy divertido. Había y hay cosas salvables. Además tenías la sensación, que sumaba, de que no te estaban contando nada, sino de que lo estabas viviendo en primera persona. Otra cosa, también importante a menos que llevases orejeras, es que, en cualquier entrevista que leías de aquellos grupos hoy llamados Indie -otro término infame- americanos que te citaba más arriba, todos, todos, citaban a grupos de los sesenta; La Velvet, Los Byrds, Love… y entonces tu te preguntabas «Vale, a ver que coño es esto». Claro, cuando te sumergías ahí ya era otro nivel completamente diferente. Eso si que no se agotaba, al contrario, querías más y más. Rascabas todo lo que podías. Cada disco que conseguías te remitía a otro y estos a otros más.. A partir de ahí yo creo que es cuando puedo decir que el veneno corría definitivamente por mis venas. Comencé también a hacer mis incursiones por el soul, por la psicodelia, por el beat… todo lo que te quieras imaginar.
 
 
Y como efecto de todo ese proceso, la etapa inicial, la inmersión y la dependencia, ¿Algún disco en concreto del que dijeras nada más escucharlo «Uffff»?
 
«Forever changes» sin dudarlo. Un disco especial, que todavía hoy no creo que remita a nada, un disco mágico. Cuando lo escuché por primera vez accedí a un estrato superior. Supe que aquello ya no tenía solución.
 
 Vaya, insisto, muy sintomático…
 
Supongo que sí. Ahí había sutileza, letra pequeña, meandros infinitos. Un descubrimiento. Literal.
 
Y ahora, con cerca de … bueno, da igual, con unos cuantos años más ¿Qué te pone?, ¿Qué es lo que buscas?
 
Me pone… todo. Todo lo que tenga que ver con lo nuestro, con lo español, especialmente. Me ponen las letras, la manera de cantarlas, como tocan. Hay cosas que son muy nuestras, que en mi opinión sólo pueden aparecer en una canción de aquí. Incluso, yendo más allá, en una canción valenciana. Yo eso lo valoro mucho. Por ejemplo, la versión que hace Tony Bernan del «I’m the lonely one» de Tom Jones, cuando a mitad de la canción grita «Xè, que sí». A mi eso me parece muy divertido. Único, especial. Parecerá una tontería, seguramente lo será, pero para mi es como una especie de vestigio de lo que fuimos, de lo que somos. De hecho, si no lo valoramos nosostros ¿Quién lo va a hacer?
 
 Desde hace mucho tiempo tengo la sensación de que aquí en España siempre se ha valorado más lo de fuera que lo nuestro. No hablo del tipo al que esto no le interesa lo más mínimo sino del coleccionista, del tipo que busca discos. Muy a menudo es absoluto desconocimiento. El desprecio y la displicencia tan española.
 
¿Crees que eso puede indicar también un cierto complejo de inferioridad?
 
Probablemente. Cada uno lleva a cuestas lo que puede. Volviendo a lo de antes, el sonido que consiguieron Los Huracanes o Los Pepes me parece un sonido con un beat muy especial, muy mediterráneo. Un sonido que logró trasladar algo de fuera a lo nuestro sin traicionarse, manteniendo cierta esencia. Te podrá gustar más o menos, evidentemente, pero lo que es innegable es que tiene su presonalidad, su sello.
 
… Salvando las distancias, para mi no tan grandes, un poco como el nederbeat.
 
Exacto. En esa onda. El que lo escucha enseguidad dice, «Eso es holandés». Pues tu te pones a los Huracanes y sucede algo similar.
 
En cuanto a los formatos ¿Tienes alguna preferencia?
 
Siempre he sido más de single que de Lp. Lo que me interesa principalmente es el concepto pop. La inmediatez de los dos, de los tres minutos. La canción, pura y dura, y volverte loco como consecuencia. La magia de la melodía,  la magia del estribillo y «¡Zas!». Claro que hay Lps que nos gustan muchísimo, pero hay algo natural en el single que no lo hay-o lo hay muy poco- en el Lp. La canción, ahi estriba todo.
 
¿De que manera los consumes?
 
No tengo reglas. Desde luego cuando descubres un pelotazo -diez, quince al año a lo sumo- la reacción inmediata es de engorile. Hubo en tiempo en que sí tenía miedo de agotarlos. Que los preservaba un  tanto. A día de hoy ya se me ha pasado esa tontería, tengo claro con cual va a pasar y con cual no. Y también sé que si va a pasar quizás es porque no es tan bueno como imaginaba en un primer momento. Selección natural.
 
 
Hablemos de otra de tus facetas, por la que mucha gente te conoce, que es tu lado Dj o pinchadiscos, como quieras llamarlo. ¿Cuándo comenzaste a poner discos?
 
Una de las cosas que más me han gustado, de siempre, ha sido poner discos a mis amigos, compartir con ellos las sensaciones que provocan. Me gusta investigar, descubrir una canción, pero sobre todo hacer partícipe del hallazgo a mi gente. Nada se puede comparar con eso. No soy para nada elitista. Si se queda ahí, escondido en un cajón, para dos o tres, no tiene ningún sentido. El asunto es compartirlo.
 
Cuando tenía veinte años, en el pueblo, ya nos juntábamos dos o tres amigos muy interesados en esto. Comencé a poner discos en los bares de allí, un poco a modo de broma, para enseñar lo que iba descubriendo, compartirlo otra vez. La cosa, poco a poco , fue a más. Me invitaron, por medio de Borja Gorostiza, amigo común, a pinchar en algunas fiestas aquí en Valencia. Nos conocimos con la irrupción de internet, a finales del siglo pasado, en grupos virtuales y foros que se formaban de gente interesada en esto, en la música y en los discos. Te das cuenta de que hay más locos como tu, que sienten de manera similar la misma pulsión. Que no eres un bicho raro, o al menos no eres el único freak. Internet ha sido un invento maravilloso; descubrir canciones, discos y personas que piensan de una manera similar a la tuya y que, de no ser por la red, muy difícilmente hubieses coincidido con ellas. Fue algo estupendo. Por supuesto también tiene cosas malas, como todo, pero su irrupción a mi me cambió la vida.
 
 Continuo… por medio de Borja, de internet y de otra gente establecí algunos contactos. Me invitaron a pinchar en Valencia. Fue un subidón; en la era pre-limitadores de potencia, a todo trapo, poniendo tus discos favoritos…
 
¿Recuerdas dónde fue?
 
Sí, claro. En el Tornillo. Un sitio pequeñito. Lo pasamos bomba. Y hasta hoy.
 
Los discos, como objeto, ¿Qué significan para ti?. Porque ¿Piensas como yo que cuando consigues un disco, un original, estás pillando algo más que música?
 
Por supuesto. El objeto también es muy importante para mi. Digamos que el paquete ideal es el objeto y la canción.
 
No te ocurre a veces con las canciones que, además de lo que son, está también la expectativa de lo que pueden llegar a ser. Quiero decir, te haces con un disco que te deja descolocado en un primer momento, pero en tu fuero interno, supongo que a fuerza de palos y aquello que comentabas del método prueba-error, intuyes, sabes que va a crecer hasta atarparte..
 
Jajajaja! Por supuestísimo. La música es algo que va cambiando al igual que nosotros. Es algo vivo. Con el paso de los años también cambia la manera en que la percibes. A mi, por ejemplo, el rock and roll clásico me interesaba muy relativamente. Me refiero en su estado más early, mas puro. Sin embargo, últimamente, es una de las cosas que más me esta divirtiendo, que más me sorprende. El negociado del rock and roll español de finales de los cincuenta, principios de los sesenta me tiene fascinado. Hay cosas que necesitan reposar, del mismo modo que nos sucede a nosotros.
 
Aparte de tu vertiente como acumulador e investigador de discos, de tu lado digamos nocturno, también tienes otro muy interesante, el de recopilador. Es algo que viene de atrás, cuando recopilaste con tu hermano Iván el «Exquisite harvest» para el club Bassy de Berlín. Recientemente también salió el excelente «Sideburn sounds», del que dimos merecida cuenta en el Estudiodelsonidoesnob. ¿Qué más proyectos tienes en marcha?
 
Actualmente dos. Uno con Vampisoul, dedicado precisamente a lo que hablábamos antes, el rock and roll y el twist español más primerizo. Una especie de pioneros. Aunque hay alguna cosita por ahí, pienso que no se ha hecho nada en el modo y forma que merece. Lo que yo conozco al menos viene sin información, sin memorabilia y fotos de las portadas originales, con un sonido que no le hace justicia. La verdad es que hay una falta de información tremenda. La mayor parte de la gente que está en esto, cuando les hablo del proyecto, se quedan soprendidos. No saben que eso sucedió, no lo conocen. No son conscientes de lo que en la época ya se hacía por aquí. De que hay cosas muy chulas, muy gamberras, muy salvajes…
 
 
 
Incluso no tan dispares a las que se hacían en el resto de Europa, UK al margen ¿No?
 
Para nada. De hecho algunas le podían sostener tranquilamente la mirada a lo que venía de fuera.
 
Ya lo hemos hablado entre nosotros, también con amigos comunes. Pese al peso de la dictadura ¿No crees que precisamente por ser infravalorado, por ser considerada como una expresión artística muy menor, había cierta laxitud en el campo, de como la llamaban ellos, música joven?
 
Probablemente sea así. Unas cosas las censuraban, a veces tonterías y otras las dejaban correr. era como una lotería. La verdad sea dicha es que la gente es receptiva. Si les ofreces algo que merece la pena flipan. Conforme salen cosas a la luz, conforme vamos descubriendo o redescubriendo todo este material, muchos no dan crédito. Ese Ep que te he puesto antes de Los Pantalones Azules, con su versión en castellano de «Johnny B. Good», donde castellanizan el Johnny por Jony,  eso me provoca ternura. La titulan «Johnny se bueno» pero pronuncian «Jony» y la primera vez que la escuchas crees que están diciendo «Honey». En cambio suena estupenda, le da un cierto halo inaudito y verdadero a la vez.
 
¿Y el segundo proyecto?
 
Ese es inminente. También relacionado con la música hecha en España. Sacar del baúl lo que se ha hecho aquí y que me parece, cuando menos interesante, es en lo que estoy ahora inmerso. Es sobre el popsike en castellano, me hace mcucha ilusión. Será el volumen trece de la serie Fading Yellow, una prestigiosa serie que viene a ser como el emblema del popsike más exquisito. Una serie que comenzó en los noventa y con la que muchos tomamos la primera toma de contacto ó al menos fuimos conscientes- de ese pop ligeramente psicodélico, brillantemente arreglado, de cierta elegancia y tendencia a lo ensoñador, cosas que habían quedado semi-ocultas. Un pop donde las voces, la melodía y los arreglos llevan la batuta. Algo, es verdad, dotado de una sutileza que cuando eres joven y (más) atolondrado no es lo primero que te llama la atención del rollo sesenta. Se llamará Spanish Fading yellow.
 
 
 
¿Cómo se gestó?, ¿Te ha chocado alguna reacción en especial de un tipo que lleva escuchando montones de discos de ese estilo y haciendo una docena de recopilaciones?  
 
    En cuanto a lo segundo, más que chocarme, me ha reafirmado en lo que pienso. Frente a las suspicacias de cierta gente de aquí, supongo que mitad prejuicios mitad desdén, me ha quedado contentísimo con la reacción de Jörgen. Que por otra parte es la más natural; La de alguien que sólo valora la canción, con su melodía, su producción. Sin ningún tipo de resabio atávico ni reserva. Saber que un hombre en Suecia flipa en colores con Nuevos Horizontes o con Los 5 Musicales haciendo una versión en castellano del «Scarborough’s fair» hace que te digas a ti mismo, «Woow!, no estoy loco».
 
En cuanto a la gestación fue algo completamente casual. Hay un grupo en Facebook dedicado al popsike y derivados en el que yo participaba. de vez en cuando subía audios de canciones que me gustaban mucho, recomendándolas. Un día me escribe y me dice que le gusta mucho lo que recomiendo y que había pensado incluir algún tema español. Le contesto que por supuesto, que encantado y le envío una relación de mp3 para que los escuche, unos quince más o menos. Cual es mi sorpresa cuando esa misma tarde me vuelve a escribir diciéndome que la han encantado pero que ha cambiado de idea. El nuevo volumen que piensa editar ¡¡Va a ser sólo de canciones españolas!!. ¿Mi reacción?; «Bieeen!!!, trabajo bien hecho».
 
Por lo tanto deduzco que no te preparaste nada en especial. Imagino que unas cuantas favoritas que te vinieron a la memoria, sin escarbar mucho. ¿Fue así?
 
Totalmente. De hecho se han quedado fuera canciones maravillosas. Y no sólo eso, tu lo sabes. Aparte de dar para no sé cuántos volúmenes, hay canciones que van a seguir saliendo con el paso del tiempo. No hay mes en que no nos topemos con una o dos canciones increíbles; Una cara B olvidada, un single promo only desconocido, una maravilla oculta en algún Lp de esos recopilatorios serie Z que no habíamos escuchado nunca… es algo continuo.
 
Luego de tener la sensación de que se agota la veta nada de nada.
 
Qué va. Al contrario. Nunca se va a terminar, a poca curiosidad y ganas de descubrir que tengas. Siempre le contesto, a quién me lo pegunta, que ojalá tuviese más vidas. Y estoy hablando sólo a cosas de aquí. También es cierto que me gustan multitud de cosas, desde el Cha-cha-cha hasta el twist, pasando por la rumba, el garaje, los exploitos, el posike, la bossanova y mil cosas más.
 
Esa es otra. Para quién no te haya visto pinchar hay que decirle que tus sesiones son eclécticas en el mejor sentido del término. El eclecticismo no es sinónimo de bueno, requiere, como todo, de criterio, cero prejuicios y buscar el momentum. En tus sesiones se nota que además de un gusto excelso sabes leer la pista. Te fijas en la gente, en como reacciona, en el mismo local…
 
Mmmm…Hay mil factores por los cuales eliges poner una canción u otra. Hay que saber, sí, pero sobre todo hay que querer saber. Tener una cierta empatía. Por ejemplo, en la última fiesta en que puse discos, en la sala Sirocco de Madrid, en la fiesta de cumpleaños de…
 
… De un potentado árabe ¿No?…
 
...Sí, de un Jeque. Bueno, pues como te decía, la manera de preparar los discos que iba a poner dependió de varios factores; Obviamente, el homenajeado. Y de la combinación de pinchas que había. También recuerdo que iba a acudir una chica que conocí en Barcelona, hará siete u ocho años ya. Me acordaba que aquella vez me pidió que le pusiese una canción y quise homenajearla volviendo a hacerlo…
 
¿Te acordabas siete u ocho años después?
 
Sí.
 
¿Cuál era?
 
«Flying away» de los Gravestones. Como sabía que iba a venir me dije «Esta tiene que ir sí o sí». Al final preparar una sesión es un poco como un rompecabezas. Solo que no sabes cuales son todas las piezas, algunas son una sorpresa. A partir de lo que tienes hay que darle forma, recomponerlo. La premisa fundamental es que la gente se lo pase bien. Esa es la piedra angular. Porque claro que mola pinchar tus últimas adquisiciones o descubrimientos, pero si la gente no lo pasa bien no tiene ningún sentido. Ya lo dice la palabra; «Fiesta».
 
 
 ¿Tienes algún grupo de confianza de gente con la que comentar?, ¿Que absorban de ti y tu de ellos? Gente de confianza o cuya opinión estimes, con la que intercambies pareceres, chequees canciones e hipotéticas reacciones…
 
Por suerte tengo a mi lado a la mejor persona del mundo para hablar, entre otras cosas, de todo eso. Mi mujer, Jennifer. No podemos pasar el día hablando de lo que hemos escuchado, de algo que nos han contado, o hemos visto o leído. De lo que nos gusta y lo que no. Es mi punto de referencia indiscutible. Por supuesto que hay otros; Mi hermano Iván, importantísimo, Vicente Fabuel, tu mismo…
 
 Hay momentos en que piensas que estás chalado. Dedicas todo tu tiempo a esto; buscar, investigar, escuchar discos. También todo el (poco) dinero del que dispones a comprarlos. Ha terminado por convertirse casi -bueno, sin el casi- en un proyecto de vida. Lo necesito como el respirar. A veces tienes momentos de bajón y te puede entrar alguan pequeña duda, tipo «Pero, ¿Qué estoy haciendo?»… sólo dura un instante. Esa complicidad con Jenni, con mi hermano, me dice que no estoy solo. Son mi ancla, un lujazo.
 
Para terminar, ¿Podrías recomendar algún descubrimiento reciente?
 
¡Uy!… Ya me conoces, soy una cabeza de chorlito. Ummm…(piensa unos segundos)… Sí, mira, los dos Eps de Marisol para la película «Sólo los dos», con canciones de Juan y Junior compuestas ex-profeso. Hay una en especial que me lleva loco. Se llama «Colores». Es flipante…
 
 
Ha sido como el pistoletazo de salida. Comienza a escarbar entre los cajones. Parece no tener suficientes manos para buscar.  Tampoco palabras para explicar todo lo que nos enseña. Desde sus ojos claros se pueden ver reflejados cada uno de los discos de los que habla a poco que nos fijemos. La demostración más evidente y fiel de todo lo que hemos estado hablando; Me planta en la manos un single de Tito Mora compuesto por Manolo Diaz. Me pregunta si conozco la versión en castellano del «Wild thing» de los Troggs por Los Géminis. Pone en el plato un pelotazo tremendo alojado en un disco de una orquesta ignota, sello Belter. Me enseña el Ep de Gilbert Safrani et les Boots para hacerme rabiar un poco. El cardado de un tal José Antonio, en el sello Euterpe, me asusta un tanto. Con la versión en castellano del «I’d wait a million years» de los Grassroots a cargo de una yeyé oscura en el sello Marfer asentimos ambos…
 
 Es ahí donde se muestra Miguel en todo su esplendor. No hay trampa ni cartón; Pasional y generoso, con un conocimiento profundo, nada vanidoso, intentando ir un poco más allá. Su perenne sonrisa, fachada acogedora de una curiosidad y bonhomía infinita… FICHAR.
 
Todas las Fotografías cortesía de Miss Taboo.
 
 

 

JAIM «Prophecy Fulfilled» (Ethereal Sunset,USA 1969)

  Profecy Fulfilled ha sido tenido como uno de los tesoros del Sunshine Pop por los aficionados -entre los que me encuentro- desde hace más de dos décadas. Siendo raro, aún es posible verlo, no así su continuación del año siguiente, Preservation of the Hereafter, editado sin portada y del que al parecer solo existen unas cuantas copias repartidas promocionalmente.  Fuel el primero, el único que tengo, una especie de grial en aquellos años pre-internet donde regía el boca a boca, las lecturas anárquicas y precipitadas, aquí y allí,  o los listados de discos transmitidos gracias a correos, ocultos en el interior de sobres que nos aventuraban desconocidos deseos y, a veces, algún que otro conocimiento, generalmente más pálpitos que evidencias. Listas que nos conminaban a la felicidad y el desasosiego, incluso antes de haberlas recibido, por imaginar en ellas tesoros donde constaban los secretos a media voz y las sospechas del venidero placer. La profecía cumplida, el primer lp de los californianos Jaim, decía, ha sido y es una muestra evidente para quién suscribe de que los senderos musicales más agrestes pueden ser tan escarpados y salvajes como refinados y hermosos. Que dependerá de la manera de otear el paisaje y salvar los accidentes la finura o la zafiedad con la que nos comportemos, del mismo modo que ciertas músicas son prodigioso encuentro antes que hallazgo, más. allá de los propósitos iniciales o los compromisos fruto del momento más arrebatado. 
 
  Ciertos vestigios de Brian Wilson (la misma obsesión con el rigor melódico, la búsqueda de una cierta precisión evocadora, habitualmente doliente) y un gancho melódico irresistible, extremadamente preciso para captar el instante de soledad de Curt Boettcher. El juego de los espejos, voluntariamente confuso, que se observa desde la panorámica de los sueños con que nos deleita el mejor pop, el más puro y también el más propenso a la maleabilidad: Your Lovin’ Voice y su piano à la Rachmáninov, medio minuto escaso hasta la entrada de unos vientos que parecen querer abrir un campo casi estroboscópico: …Every mornin’ i rise just to hear your lovin’ voice…  La batería galopando, los vientos infinitos. Antes un estado del alma que un anhelo, antes un pálpito que una certeza. Las acústicas que mecen, la melodía intrincada y sugerente, como ver atardecer sentados en la playa mientras el sol abraza al mar… 
 
Merry-Go-Round Pop. Optimista, sincero y desnudo. Ése que surge casi por ensalmo, de la mano de arreglos con sencillos a la par que efectivos, de tono clásico. La ingenuidad propia de cualquier hechizo sentimental. Sparkle In Her Eyes define, en el brevísimo instante que dura el glissando inicial, tanto el encantamiento y la seducción instantáneo como la aceptación y la infinitud de la fugacidad del deseo, lo imposible del empeño en prolongar su permanencia. También su reverso ¿tenebroso?. El otro lado de la moneda… De nuevo en circulación, tendría que haber sido eterno. Desde que estoy sólo sé que he vuelto a la vida... La mismas acústicas, los mismos vientos que suscitan excitación. El estado de perplejidad y de libertad consustancial a la apertura del arrebato amoroso para dar paso a la inevitable decepción, una vez conscientes, con la apertura, si no de hostilidades, sí de la enésima guerra fría que precederá al armisticio reparador. 
 
  Cuentan sus profetas que Jaim fue un proyecto esquinado (acaso llegase a tirar las mil copias), pero eso ahora da igual. Piensen en los clásicos. Y piensen también en los Merry Go Round de Emit Rhodes. En los discos más bonitos de Chad & Jeremy (Distant Shore, The Ark, Of Cabagges & Kings) en Roger Nichols y su Small Circle of Friends sin voces femeninas. Piensen, no, sueñen con Montreal, con Jan and Lorraine. Junto a todos esos milagros reposan, al menos en mi imaginario, Jerry Cronin y Martin Hall. Alumbrados por la misma vela que tenuemente les ilumina en la portada mientras imaginan, sueñan, con una vida que probablemente nunca sea real.
 

…Hace un tiempo, cuando yo no era otra cosa que tropiezos y batacazos, sueños convertidos en polvo…

 
 

Parecidos no tan razonables (I)


Ultimamente, no sé si debido a la múltiple y excesiva combinación de referencias en mi subconsciente o a un aturdimiento inherente en mi en absoluto extraño, ando encontrando similitudes entre canciones que, teóricamente, no tienen mucho que ver. Y hablo de similitudes y no de otras palabras mayores porque, aparte de ser sólo eso, en caso de pensar malévolamente tampoco hallaría el modo de relacionarlas más allá de las coincidencias y el azar. 
 
 En este caso me refiero al single de James Curtis con la Orchestra Hermitage «One fine morning», una canción por la que siempre he sentido querencia y adicción, y que, como la mayor parte de las cosas en mi, ha sido una especie de vague irresolue que siempre me ha llevado al «If at night i call your name» de Lone Star de su Lp «Es largo el camino». Lo curioso del caso es que – supongo debido a una especie de complejos atávicos- siempre había considerado a ésta a partir de aquella. Revisando información advierto que mientras la primera es del año 1973, en el sello Vedette y firmada por Skip Prokop, la de los catalanes viene fechada un año antes, en 1972, editada por Ekipo y firmada por los miembros del grupo (Gené-Miró-Masdeu-Sospedra). Yendo un poco más allá constato en cambio que la toma de Curtis es un versión de Lighthouse, grupo del canadiense Skip Prokop formado tras The Paupers
 
 ¿Qué pensar? dirán. Pues no sé. O quizás sí. En cualquier caso juzguen ustedes.